En las próximas horas el gobierno de Mauricio Macri podría formalizar el decreto por el que la subsecretaría de Comercio Exterior que hoy está bajo la órbita de Francisco Cabrera (Producción) pase ser controlado por la canciller Susana Malcorra.

Aunque en la cartera de Producción no se había formalizado un nombramiento por ese cargo, el organigrama que planteaba Cabrera se pensaba en una Agencia de Inversiones y Comercio Exterior. Sin embargo, Malcorra peleó por quedarse con esa función y convenció a al Presidente.

Incluso el propio Cabrera había trazado definiciones sobre el tema. Antes de asumir, adelantó que trabajaría en un esquema de "comercio exterior administrado, para que no afecte el empleo ni la rentabilidad de las empresas".

De este modo, Comercio Exterior volverá a su lugar de origen. En 2011, cuando Cristina Kirchner comienza su segundo mandato, la Cancillería dejó de llamarse ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Comercio Internacional para pasarle el área de comercio exterior a la morenista Beatriz Paglieri.

Cabrera en una reciente reunión con Martín Lousteau.

Ministerio de Producción

Cabrera arrastra una relación complicada con el PRO donde siempre hubo miradas contradictorias sobre su gestión. De hecho, en la Ciudad en más de una ocasión se barajó la posibilidad de directamente disolver la cartera de Desarrollo Económico que conducía, decisión que nunca se llegó a concretar.

Además, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, controla directamente a la canciller Susana Malcorra y es el verdadero responsable de la política exterior del macrismo, como se vio en la cumbre de Davos. No sería extraño que Peña respalde un regreso de la subsecretaría de Comercio Exterior a Cancillería como era en los noventa cuando Domingo Cavallo era canciller. Luego cuando migró a Economía se la llevó.

La versión también dejó en ascuas a Sergio Elizondo, el ex Exportar, que no termina de arrancar con la Agencia de Promoción del Comercio Exterior, uno de los últimos inventos de Cabrera, que por otro lado fue el gran ausente de Davos, acaso sólo atribuible a la interna ya que en esa cumbre hubo decenas de reuniones con CEO de multinacionales que podrían invertir en la Argentina, un área que se supone pertenece al ministro de la Producción.